-Estás preciosa -aquellas palabras fueron lo primero que dijo
-¿Qué... Qué haces aquí? -tartamudeé, aun seguía paralizada, sorprendida.
-¿A caso no te agrada que esté aquí? -dijo cabizbajo
-Joder, Harry -ya no estaba tensa, me dejé llevar por mis sentimientos y me abalancé a él para abrazarle mientras que le daba un beso en la mejilla. Al principio el se quedó paralizado, pero al momento puso sus manos sobre mi cintura, hasta abrazarme del todo
-Te he echado mucho de menos -me susurró al oído sin dejar de abrazarme en ningún momento.
-Harry... -empecé a llorar de nuevo, ésta vez de felicidad, aunque el sentimiento de pena aun estaba ahí.
Después del abrazo, Harry y yo nos sentamos en la sala de espera. Se veían los aviones, se veía como la gente se marchaba...
-Siento haberme ido, -dijo Harry rompiendo el silencio- no lo he podido soportar
-¿Dónde has estado?
-Cerca, muy cerca... Pero a la vez en otro mundo muy lejos del tuyo. Quería olvidarte pero, no lo he podido conseguir...
-Harry -intenté decir algo, pero solo me salió su nombre
-Calla, me toca hablar... -me interrumpió
-Como quieras -dije
-Veamos, ésto no es muy fácil -soltó una pequeña carcajada, sin fuerza, sin ánimos- Jade, yo te quiero mucho. ¿Sabes? En estos días, cada vez que apagaba las luces de mi habitación, lo único que podía ver eras tú. Tenía muchísimas ganas de estar contigo, tumbarme a tu lado, sentirte en mis brazos... No pude ni puedo esconder esto aunque quisiera, aunque lo intentara y lo he intentado, pero supongo que no quiero dejar de quererte -se calló y suspiró-. Te prometo que mi corazón no ha vuelto a latir como cuando estoy contigo, ahora siento que no tiene ni ganas de seguir latiendo porque sabe que no estoy contigo... No sabes cuantas noches me he pasado llorando, llenando de lágrimas mi almohada, mis sueños... Peor por suerte, los sueños son sueños y siempre estabas ahí. Jade, -se volvió a callar y esta vez nos miramos cara a cara. Yo no paraba de mirarle los ojos y él los míos. Me cogió de las manos y nos quedamos un buen rato en aquella posición- si tuviéramos, por un día más ésta vida o si pudiéramos volver atrás en el tiempo, quiero que sepas que siempre y repito, siempre serás mi amor, mi vida, mi voz, la razón para que seas tú mi corazón... Viviremos éste momento una y otra vez, para encontrar las palabras exactas para decirte lo que siento antes de que me dejes y te marches hoy. Es que, no puedo. No quiero ser visto, no quiero estar aquí si no estoy contigo. Mi mente está los veinticuatro horas nublado, solamente te veo a ti... Solo tú puedes iluminarme las noches... Solamente tú
-Harry, -me solté de sus manos y le acaricié la mejilla, seguidamente le di un beso en la frente y después le di un abrazo- sabes que volveré, ¿verdad?
-Pero nada habrá cambiado, seguirás estando con Zayn
-Harry, no quiero estropear
-Dilo, admítelo, es verdad -me interrumpió
-Harry, yo le quiero y él
-Espera. -volvió a interrumpirme- Ni se te ocurra decirme que él te quiere porque él no está aquí
-Joder, Harry
-Es cierto, ¿o no?
-Es verdad, pero tuvimos una pelea... Por mi culpa, además
-Si él te quisiera, te perdonaría
-Pero si me comporto como una tonta, no.
-Yo te seguiría queriendo, tonta, lista, anormal, normal... Te seguiría queriendo solo si fueses Jade. Porque me enamoré de Jade y seguiré enamorado de Jade, siempre.
-Harry -en ese momento fui interrumpida por la voz que salía de unos altavoces, avisando que los viajeros para ir a Irlanda tienen que subir al avión en cinco minutos- Me tengo que ir, Harry
-Jade... No sé, pero no puedo dejar que te marches
-Tengo que irme, prométeme que cuando vuelva, estarás aquí y que me llamarás, por favor. No quiero volver a perderte
-Nunca me has perdido -Harry y yo nos dimos el último abrazo, fue corto y sinceramente no quise separarme de él. Su perfume se había quedado grabada en mí, aun olía a él por unas horas más, con lo cual, me hacía recordarme de él cada dos por tres. Después de aquella dura despedida, me subí al avión llorando. En el momento que puse el pie dentro de ella, me acordé de Zayn. Decidí escribirle un último mensaje, quería avisarle que mi móvil estaría apagado en las próximas horas. Me dispuse a escribirle nada más sentarme en mi asiento, me llevó un buen rato, quería decirle que le amaba, que quería oír su voz y que me moría por dentro porque no le había visto desde la última vez que nos vimos. En el momento en que iba a mandarle el mensaje, la azafata avisó que deberíamos apagar los móviles, así que me di prisa. Pero en el intento de mandar el mensaje, justo en el momento de pulsar el botón de enviar, me llegó un mensaje. No pude leerlo, ya que le mandé el mensaje antes que nada y justo en el momento que quise ver quién era el que me había mandado el mensaje, la azafata se acercó a mi para pedirme que apagara el móvil y no se fue hasta que apagara el móvil.
El viaje fue horrible, así que para que las horas se pasasen rápido, me puse a escuchar música y miré al cielo hasta quedarme dormida.